La tranquilidad de la madrugada se rompió violentamente en Tula de Allende, Hidalgo, México, un municipio crucial por su infraestructura energética, con el ataque al bar "La Resaka". El saldo preliminar es de seis personas fallecidas, incluyendo al menos una mujer, y una decena de heridos que luchan por su vida en hospitales locales.
Los hechos se registraron aproximadamente a la 1:30 de la mañana en el establecimiento ubicado en la Colonia El Llano, Primera Sección. Testigos reportaron que un grupo armado irrumpió en el lugar y comenzó a disparar de forma indiscriminada contra los clientes y personal. Cuatro personas murieron instantáneamente, mientras que otras dos perdieron la vida a causa de la gravedad de sus heridas durante el traslado o atención médica en centros como el Hospital General de Tula.
Tras la alerta, la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Tula, la policía estatal, la Guardia Nacional, y agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) se movilizaron. Las autoridades acordonaron la zona para iniciar los peritajes y la recolección de pruebas, mientras que otros negocios nocturnos optaron por cerrar sus puertas, creando un ambiente de tensión palpable en el municipio.
La región de Tula es conocida por ser un punto estratégico en el centro de México, pero también es una zona enfrascada en una delicada y violenta disputa territorial entre grupos delictivos. Estos grupos, identificados principalmente como "Los H" y "Los Solas", se disputan el control de actividades ilícitas como el robo de combustible (o "huachicol"), la extorsión y el narcomenudeo. Este ataque indiscriminado parece ser un trágico reflejo de esta lucha por el control en la zona.
Decomisos y Víctimas:
- - Al menos 6 personas fallecidas (entre ellas, una mujer).
- - Aproximadamente 10 personas heridas.
- - Cuatro víctimas fatales dentro del bar, dos en centros médicos.
En un contexto que agrava la preocupación ciudadana, el titular de la policía estatal, Salvador Cruz Neri, declaró ante el Congreso local apenas una semana antes que su gobierno no estaba preocupado por "ninguna banda criminal", pues, según él, ninguna es más fuerte que el estado
. Tras la masacre, el mismo funcionario indicó que el ataque fue un ajuste de cuentas entre "malandros" de las facciones "Los H", "El Kukis" y "El Perico".
Salvador Cruz dijo que el objetivo del comando armado no fue alcanzado: "por el que iban, no está entre las personas fallecidas. Tuvo el tiempo de irse si estaba ahí”.
Nuestro medio recabó las perspectivas de expertos sobre la situación de la violencia en el estado de Hidalgo:
Un analista en seguridad que prefirió el anonimato por el tema sensible, comentó: Este tipo de ataques indiscriminados en espacios públicos son tácticas de terror. Buscan generar pánico y demostrar que no hay un lugar seguro, desafiando la autoridad. La aparente facilidad para perpetrar esta violencia en Tula, pese a las declaraciones optimistas de las autoridades, subraya que el crimen organizado mantiene una gran capacidad operativa en esta zona central de México.
Reacciones de la comunidad sobre el tema:
Hablamos con la gente para entender sus posturas. María Elena, comerciante de la zona, expresó su miedo: Ya no sabemos dónde estamos seguros. Esto pasó cerca de un punto de venta de productos de consumo masivo, afectando a gente que solo quería divertirse. Necesitamos más presencia de la Guardia Nacional, pero que realmente patrullen, no solo que estén parados.
Don Raúl, vecino de la Colonia El Llano, dijo con frustración: Tula era tranquilo. Ahora, con el tema del 'huachicol' y la droga, esto se ha vuelto un infierno. Ver a los jóvenes metidos en esto por la falta de oportunidades laborales es muy triste. La verdad, las autoridades dicen una cosa, pero la realidad en la calle es otra. Seis muertos son una tragedia, no solo números.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) ha iniciado la carpeta de investigación correspondiente para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este sangriento evento. La variación en el número de víctimas iniciales (seis según fuentes de seguridad) y las cifras oficiales preliminares (cuatro en el sitio) destaca la confusión inicial en la escena del crimen, aunque el impacto humano es innegable.
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