Un retiro bancario cotidiano derivó en una secuencia delictiva que expuso fallas de prevención y una rápida respuesta policial en la capital bonaerense.

La escena ocurrió en La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, ciudad planificada y capital administrativa del distrito. Un enfermero de 50 años salió del Banco Patagonia, en la intersección de calles 44 y 26. Caminó pocos metros. Algo falló.

Dos hombres, de 46 y 47 años, lo siguieron con paciencia. Actuaron rápido. Pincharon una rueda de su camioneta. El daño obligó a detenerse en una gomería cercana. Allí, la maniobra se volvió abierta y burda.

Los sospechosos empujaron a la víctima. Golpe seco. Rompieron el vidrio trasero. Tomaron una mochila. Dentro había $15.000.000. Escaparon en una Citroën Berlingo. La persecución comenzó de inmediato y avanzó hasta Camino Centenario y 509, un corredor clave de circulación metropolitana.

La huida se desarmó. Abandonaron el vehículo. Corrieron. Duró poco. Agentes del Comando de Patrullas los alcanzaron a metros. El dinero fue recuperado en su totalidad. También otros elementos relevantes para la causa.

Durante el procedimiento, la policía secuestró:

- $15.000.000 en efectivo

- Un teléfono celular

- Guantes

- Un largavista

- Una aguja metálica utilizada para dañar la cubierta

La investigación confirmó antecedentes penales por robo, hurto, encubrimiento agravado, resistencia a la autoridad y tenencia ilegal de arma de guerra. El dato incomoda. Reabre preguntas.

Consultamos a analistas en seguridad urbana para entender el patrón. Uno de ellos advirtió:

“La salidera bancaria persiste porque combina observación previa y descuidos mínimos. No es azar. Es método”
. Otro especialista sumó que la respuesta policial fue eficaz, aunque tardía para prevenir el hecho.

Nuestro medio conversó con ciudadanos de la zona. Hay enojo. Hay cansancio. “Sacás plata para trabajar y te marcan”, dijo un comerciante. Una vecina agregó: “Vemos patrulleros después. Antes, no”.

La causa quedó en manos de la comisaría 4ta. La investigación sigue. La ciudad observa. Y espera señales más claras.